- El pueblo no debería temer a los gobernantes, los gobernantes deberían temer al pueblo
- ¿Y piensas conseguirlo haciendo saltar por los aires un edificio?
V de Vendetta
No, y tengo que añadir que no siempre he pensado así. Cuando era más joven tenía una perspectiva de la sociedad y el desarrollo mezclada entre la de W. Benjamin y Hegel, es decir, veía como pasaban los años y solo crecían las desigualdades, las catástrofes naturales azotaban a los países más indefensos, los ricos seguían teníendo el poder y los políticos eran marionetas, de la misma forma tenía fe, tenía esperanza en un cambio pero pensaba que ese cambio solo llegaría de modo violento, pues así lo demostraba la historia en las distintas insurgencias latinoamericanas, rusas y centroeuropeas.
Hoy debo decir que estaba equivocado, y no porque haya pasado nada en mi interior, sino porque así lo demuestran otros efectos prácticos. Los casos de Libia y Egipto demuestran que la vía violenta no es el camino, pues el primero está volviendo a su estado anterior y el segundo ha conseguido expulsar al malo por un bueno por conocer, sin embargo tenemos la prueba fehaciente de que la no-violencia es viable en el siglo XXI gracias a Islandia, donde mediante movimientos pacíficos han logrado un cambio de gobierno y un referendo en relación al pago de la deuda bancaria.
En definitiva, estamos ante una época de crisis, según el DRAE el término crisis significa “mutación importante en el desarrollo de otros procesos”, es decir, un cambio para bien o para mal y esto es importante. La sociedad lleva bastante tiempo aguantando el peso de un sistema que oprime y exprime al débil. A los que estamos dentro del movimiento #15m nos llaman “los indignados”, a mí me gustaría que se nos recordara como “los despertados” o incluso “los neoilustrados” ¿por qué? Simplemente por la misma razón que se da en el texto del señor Hessel, la indiferencia no es una opción, siempre hemos estado indignados, siempre nos hemos quejado, el cambio o crisis se está dando ahora porque se está actuando, se están llevando a cabo acciones y esta es la diferencia con las anteriores generaciones.
La declaración de Hessel me parece muy acertada, aunque se le pueden hacer algunas críticas. No seré yo quien intente rebatir los argumentos de un diplomático de la Resistencia Francesa, pero creo que habría que matizar algunos conceptos en su discurso.
Como he comentado antes veo que la sociedad del siglo XXI ya está indignada, más que nunca somos conscientes de lo que sucede en todos los lugares del mundo gracias a las redes sociales y a las facilidades que nos proporcionan las distintas herramientas de Internet, el problema es y repito la actuación.
Dice Sartre “somos responsables en tanto individuos” y no le falta razón, cada uno de nosotros tiene el deber y la obligación de procurar un desarrollo hacia la libertad y la felicidad así como la negación de cualquier sistema opresor, pero para ello es necesario que todos esos individuos tomen conciencia de su importancia individual para poder aplicarla a un conjunto ahora sí, indignado.
Acierta Hessel en afirmar que los motivos para la indignación varían según qué época, en la actualidad parece que nos toca luchar contra el capitalismo y los bancos así como la primacía de lo colectivo a lo particular como se expone en el texto Indignaos de Hessel, aun así podemos estar seguro que viejos combatientes como el citado autor compartirá nuestra indignación y nos dotará del suficiente apoyo y herramientas que estén a su alcance para poder materializar lo que nuestros antepasados no vivieron para que nuestros descendientes lo disfruten.
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