miércoles, 15 de febrero de 2012

Imagínate... [Por "María Kalashnikov"]

Imagináos toda una vida de buenas acciones y buen comportamiento, para hallarse a puertas del cielo. Y en la misma entrada de la disco de moda "Doors of Heaven" te chiven por abajo en la interminable cola que se forma cada noche después de las 2, cuando la gente ya no entra "GRATIS POR MI LISTA", como si de un aviso de "Están pidiendo mayores de 21" se tratase, "Dicen que este año, con la crisis (que nos seguirá allá donde vayamos, como sigue la Guerra Civil española a nuestros abuelos), están prohibiendo la entrada a los que se hayan hecho más de 100.000 pajas/masturbaciones (lenguaje menos soez, más celestial).

E imagínate, tú, allí. Con el agobio de pene que tiene que dar eso, sin parar de pensar por un lado: "De toas formas han merecío la pena"; y por otro sintiéndote como cuando, con más nota o probabilidades de irte un año a follar, no te dan la Erasmus porque te parecío demasiado cerca Portugal. Mis muertos tos.

Y allí en la cola del cielo, te ves cara a cara a San Pedro, plantao allí el nota y largando patrás a los "con ese calzado no puedes pasar", con su pinganillo... entornando los ojos como si de verdad funcionase, poniéndo cara de fucker como si de verdad recibiera la señal de un hombre sentado en un despacho, siempre maleducado y de espaldas a cámara, creyendo ser un elistista ángel de "Charlie" de los cielos.
Lo encaras como a un toro, de aquellos que algún profesor de facultad sueña con lidiar de aquí hasta el fin de sus días ¡Y que no se lo cambien! eso sí, siempre bien ubicado en el graderío.

Mire a los ojos a San Peter y le dije: "De verdad, que yo me creía que cuando pensabas en alguien y te la cascabas era como estar haciendo el amor. Que era como cuando rezas solo, pero piensas en Dios".

No entré, normal. Lógicamente. Iba directo y sin remisión a los infiernos, para el resto de la eternidad. Pero logré cambiar la dirección del envío cambiando mis datos por los de otro, allí está todo informatizao y con un par de llamadas al #keto, me dijo como hackear la red. Ni Dios puede descuidarse con quién inventó Twitter.

Así que he de sentir por quién mandé a los infiernos mucha envidia. Porque ahora muero de frío cada invierno en la soledad de mi puta alma. Gracias Hasél. Y porque cogí el billete de vuelta a este mundo, lleno de penas y de maravillas, días de mierda y noches de pasión para perderse entre tus curvas. Porque me falta alguno más con mi mano. Pero sobre todo, aquellos que no tuve contigo y pecar hasta que no sea considerado ni pecado para que la próxima vez que me vea allí arriba pueda decir, de corazón: "Me bajo al infierno, pero ahora, sí que ha merecido la pena".

miércoles, 1 de febrero de 2012

MKW.

Porque a veces una canción te hace reflexionar más que cualquier manual de civismo y filosofía barata.