domingo, 24 de abril de 2011

Psicoanálisis.

El equilibrio de fuerzas para que una persona sea moralmente comedida, razonable y madura.

El superyó; el perro policía institucionalizado movido por la ley, lo “correcto”, la conciencia moral de las conductas aprobadas, “lo que se debe hacer”, contrario al “laissez faire” liberal; orden, control, vigilar y castigar, no dar la nota, no destaques, borreguismo absoluto en pro de normas impuestas, somos nuestro peor enemigo, nosotros mismos juzgamos, nos auto encarcelamos, nos volvemos grises, homogéneos, difuminados…

El yo; el equilibrio, el que regula la balanza; el jodido término medio de Aristóteles, es el moderador que tenemos en la cabeza consciente que vela porque nos mantengamos en la realidad; un aburrimiento si se impone de forma permanente a lo demás, las idas y venidas del inconsciente hacen que el yo cobre protagonismo y se imponga, la paz espiritual…

El ello; apología total del hedonismo, la parte más primitiva, lo innato, los impulsos irracionales que nos recuerdan que estamos vivos, nuestro motor de pensamiento y comportamiento; aquello que quieres y deseas, la mayoría de veces caemos en trivialidades y somos objeto de la superficialidad y la alienación del placer inmediato y fácil, es complicado y te trae muchos quebraderos de cabeza ese impulso incontrolable(por lo menos a mí) que hace que no pienses, solo actúes cual homoerectus sin razonamiento alguno movido por una fuerza indomable que hace que sientas todo como un torrente de energía y fluya y se apodere de ti; es positivo si sabes controlarlo porque agiliza mucho en lo referente a la indecisión e inconformismo de ciertas situaciones; aunque a mí que soy más de actúa, arrasa y luego pide perdón últimamente me trae demasiados remordimientos (gracias superyó).

Mi conclusión es Hakuna Matata, vive y deja vivir, vive y sé feliz; no seas el juez de nadie e intenta no martirizarte mucho, que la vida son dos días y medio, uno lo pasamos perdiendo el tiempo en tonterías y en intentar echar un polvo, el otro pensando en lo que querríamos hacer y arrepintiéndonos de cosas que hemos hecho, y el otro medio lo pasamos durmiendo.

Como decía un artista callejero que conocí en Londres;
Total Fucking destroy this shit!

4 comentarios:

  1. Lo que te iba a decir a propósito de este magnífico escrito, y que no te he podido decir debido al imprevisible aunque, por otra parte, reiterado fallo de blogger en cuanto publicar sólo cuando le da la gana, es que:

    Realmente, son esos tres niveles de conciencia de Freud los que conforman la personalidad de la gente: el id (ello) no lleva a ningún lado, es la personalidad en bruto, sin conciencia social, sin tener en cuenta más que a los impulsos animales. Por otra parte, el superego es la concesión a lo impuesto, a lo establecido, a la comunidad, a lo común.
    Por muy jodido que sea, sólo con el término medio que impone el ego (yo) somos capaces de conformar una personalidad coherente y realista en cuanto al mundo que nos rodea.
    ¿Es acaso un impulso nostálgico el que nos mueve a pensar en un mundo perfecto sin imposiciones sociales? ¿No será que eso de vivir sin tener en cuenta todo nuestro ser o nuestro mundo es la más disparatada de las utopías?
    Realmente considero como esencial, a pesar de que me joda, el hecho de ceder ante la cruda realidad de que (1) ni estamos solos en el mundo, (2) ni estamos a expensas de lo que el mundo, la gente, lo que nos rodea nos dicte y nos mande en cada momento.
    El tema es encontrar el sitio. Tu sitio dentro del sitio de todos.

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  2. ¿Y si mi yo, mi término medio, viene mal de serie?, es decir, y si mi realidad, mi sentido común, mi referente se ha desvirtuado y lo que antes era una representación real se ha visto impuesta por una dimensión simulativa?
    Lo que es real para mí no lo es para tí; esto no es interpretar falsamente la realidad,sino quizás ocultar que la realidad ya no es necesaria, que mi mundo pertenece al orden de lo hiperreal y de la simulación.
    (Uno que se ha estudiado un poco a Baudrillard)

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  3. Si te ha pasado eso, deberías desengancharte. El problema no es que exista un universo alternativo, sino confundir ese universo de ficción y de simulación con el verdadero mundo real, aceptarlo y naturalizarlo no ya como una alternativa, sino como lo real, lo primordial.
    Si la realidad no es necesaria porque se ha sustituido por una hiperrealidad 2.0, entonces tenemos un problema.

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